Avanza el silencio por sus venas,
mientras sangra en el crepúsculo el dolor,
el velo en su mirada es su infierno,
su ausencia lo condena al desamor,
la esperanza atisba el frágil desconsuelo
y la duda hace añicos su ilusión,
Su existencia es aire en sus pulmones
y olvidarla, una daga al corazón,
más la muerte no es el fin de su camino,
es tan solo el ocaso del dolor,
es mejor morir de pena por amarla
que vivir sin conocer esta pasión.
© 2022 María Alejandra Amarilla
Córdoba, Argentina
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