Esta es la historia de Luna.
Luna fue la primera hija de mamá y papá. También fue la primera nieta de los abuelos.
Sus papás eligieron su nombre porque su cara es redonda y blanquísima como la luna llena y sus pequeños ojos parecen dos bellos luceros.
Luna siente que es diferente a las otras nenas, aunque es una nena como cualquier otra nena ya que tiene ojos de nena, pelo de nena, risa de nena. Pero sin embargo hay algo que a Luna no le gusta, como a todas las demás nenas. Y eso, a veces, hace que no pueda jugar ni con las nenas ni con los nenes.
Lo que sucede es que en algunas ocasiones Luna no prefiere jugar con las muñecas, lo que a Luna realmente le gusta es jugar con autitos.
No es que no le guste ser una nena o que no quiera a sus muñecas. Es que no entiende porque ella no puede jugar con los autitos. ¿Acaso mamá no maneja también el auto?
Su primo tiene un hermoso auto rojo. Pero no se lo quiere prestar porque es una nena . A Luna le encantan todos los autos, pero los que más le gustan son los autos rojos, porque son brillantes.
Cuando Luna se pone muy triste. lo único que la alegra es que su abuelo la lleve a pasear en su auto antiguo, que aunque no es rojo es muy bonito. Sus asientos son grandes, no como los del auto de sus papás y están cubiertos de un cuero marrón clarito que a Luna cuando lo acaricia le recuerda la rugosidad de las manos del abuelo.
Cuando Luna sube al auto del abuelo de inmediato comienza a soñar y se me imagina que está en una gran nave espacial. Es que Luna es una nena muy soñadora.
Luna dijo que cuando sea grande va a ser corredora de autos, además de veterinaria, maestra, peluquera, bailarina y cantante. Si, si, está decidido, Luna quiere ser "corredora de autos".
© 2009 María Alejandra Amarilla
Córdoba, Argentina
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