Decimos que son un sueñolos anhelos postergados,
por temor al solo esfuerzo
que requiere acariciarlos.
Sueños que no se sueñan
porque aparecen lejanos,
y creemos imposible,
la tarea de alcanzarlos.
Deseos que aún palpitan
en el pecho añorados,
hasta que un día se asoman
y resurgen renovados.
Sueños que nos persiguen
y buscan hasta encontrarnos,
porque de andar tan despiertos
nos olvidamos soñarlos.
© 2022 María Alejandra Amarilla
Córdoba, Argentina
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